El color es, en muchas ocasiones, un conductor de la identidad corporativa de las empresas y de las personas. Uno de los ejemplos más obvios es el rojo de Coca-Cola, pero no es la única marca que utiliza el color como herramienta. El uso del color para transformar espacios va más allá de la seña de identidad de la empresa. En la oficina puede servir también para mejorar el confort de los colaboradores y visitantes.
La psicología del color explica porqué los colores, tratados con una parte inherente al interiorismo, resultan fundamentales no solo a nivel de diseño también como una herramienta para mejorar el bienestar emocional. El color impacta de forma positiva o negativa en las personas, modificando la percepción del espacio y los objetos que hay en él, además de suscitar emociones, distorsionar formas o focalizar la atención. Es por tanto, un elemento que permite mejorar la concentración, imaginación o productividad de los profesionales.
El uso del color en el diseño de interiores
El diseño biofilico, que cuenta con múltiples beneficios para los colaboradores, tiene en el uso de los colores un pilar fundamental. En una sociedad cada vez más alejada del entorno natural, hacer uso de los colores que están presentes en el mundo natural es de gran importancia si lo que se pretende es aumentar en el bienestar. La coordinación entre colores, iluminación y ventilación, es fundamental. Al igual que la sintonía con las vistas o las plantas.
Psicología de color
La psicología del color estudia cuales son los efectos del color en el ser humano. Como ya se ha mencionado, este campo de estudio está muy presente en los proyectos de interiorismo.
Los colores afectan al estado de ánimo de las personas, por ejemplo, los tonos verdes y azules fomentan el bienestar, mientras que el color amarillo está estrechamente ligado a la creatividad. Por ello, el uso de los colores vivos debe hacerse con prudencia, ya que tonos como el rojo o el naranja son útiles para destacar ciertos objetos o áreas, pero pueden ser contraproducentes si lo que se busca es aportar una sensación de equilibrio y tranquilidad. El campo de estudio de la psicología del color indica que los colores cálidos aportan energía y vitalidad, mientras que los fríos se asocian a las sensaciones de calma y relax.
Observar la naturaleza puede ser un buen truco a la hora de escoger los colores. El azul del mar puede aportar tranquilidad, al igual que los tonos tierra o arena, que nos transportan a la costa en un día de verano. Al igual que ocurre con las preferencias personales, es necesario conocer las preferencias geográficas y culturales.